La tarima Castillo, surge como respuesta a la creciente demanda de clientes procedentes de Centro Europa (norte de Italia, Suiza y Austria mayoritariamente) con una alta exigencia en cuanto a la calidad de los productos, que buscan una tarima de madera natural y aman las peculiaridades que hacen única cada pieza.
Esto unido a la cada vez mayor importancia que los clientes dan a la experiencia de disfrutar de productos amigables con el ser humano y el entorno, ha provocado un auge de los suelos de madera maciza por la sensación de confort y calidez que transmiten. Estudios recientes señalan la importancia de los materiales que nos rodean, con los convivimos día a día, así como el influjo que pueden tener en nuestra salud. La madera es un regulador natural de la humedad, evita la acumulación de la energía electromagnética que generan los aparatos electrónicos y disminuye los efectos de las alergias.
En este contexto Maderas García Varona desarrolla la tarima Castillo, donde une los procesos tecnológicos, al arte de trabajar manualmente pieza a pieza, para transmitir en cada una de ellas la realidad de la madera, haciendo cada tabla única e irrepetible. Es una tarima para determinados públicos pues no pasa desapercibida.